Leyenda de los llamadores:

Hace miles de años, los humanos vivían en contacto directo con sus ángeles guías o ángeles de la guarda, pero por alguna razón tuvieron que dejar de vivir conjuntamente con ellos. Los ángeles, apenados por la pérdida de la compañía de los humanos (los seres que más amaban) obsequiaron a éstos colgantes esféricos que, al agitarlos sonaban como campanillas. Las esferas simbolizan la protección. Los ángeles se despidieron de los humanos y les dijeron que aunque ya no vivieran en conjunto, si se sentían en peligro, desprotegidos o simplemente tristes sólo necesitaban agitar la esfera, debido a que cuando escuchara su sonido, el ángel guía o ángel guardián de cada uno acudiría en su ayuda. Los obsequiaron con la intención de que cuando nos sintamos solos, tristes, angustiados, asustados, deprimidos, los invoquemos a ellos con el sonido del collar y ellos acudirán con nosotros. Su timbre suave y armonioso es también un recordatorio para que vivamos el presente y nos centremos en lo esencial de nuestra vida.

La leyenda cuenta que los ángeles pusieron dos condiciones para el uso de los llamadores: el colgante sería de uso personal, ya que todos tienen un sonido propio, especial y reconocible por cada ángel guía y ese ángel no puede ser prestado a otra persona. Si se vulneraba esa condición la magia y protección de la esfera desaparecería. La otra condición que los ángeles pusieron es que al destinatario no podría dársele el colgante a distancia, debes ser entregado personalmente a la persona indicada cuando se quiera tener algún detalle con alguien.

Es un poderoso vínculo entre la madre y su bebé ya que al ser la madre un ser poderoso que lleva una vida dentro de ella, el manejo de las energías es muy importante en ella, los llamadores de ángeles se usan para proteger al no nacido y su energía pura durante la gestación y después del nacimiento enlazando una unión que va estar presente durante toda su vida, la mamá podrá decidir si obsequiarlo a su bebé con el objetivo de cuidarlo durante el sueño y calmarlo, además de protegerlo a diario invocando la presencia invisible de su ángel de la guarda.

Si es una hija mujer podrá durante su gestación heredar este amuleto a su hijo y así llevar una hermosa tradición familiar. Sabemos que los ángeles son eternos y protegen a varios miembros de una misma familia. Se suelen llevar a modo de colgante a la altura del chakra del corazón.